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Surah Al-Hiyr - Aya count 99
'lr. Éstas son las aleyas de la Escritura y de un Corán claro.
Puede que los infieles deseen haber sido musulmanes...
¡Déjales que coman y que gocen por breve tiempo! ¡Que se distraigan con la esperanza! ¡Van a ver...!
Nunca destruimos ciudad cuya suerte no estuviera decidida.
Ninguna comunidad puede adelantar ni retrasar su plazo.
Dicen: «¡Eh, tú, a quien se ha hecho bajar la Amonestación! ¡Eres, ciertamente, un poseso!
Si es verdad lo que dices, ¿por qué no nos traes a los ángeles?»
Haremos descender a los ángeles de veras y, entonces, ya no les será dado esperar.
Somos Nosotros Quienes hemos revelado la Amonestación y somos Nosotros sus custodios.
Antes de ti, mandamos a otros enviados a los pueblos antiguos.
No vino a ellos enviado que no se burlaran de él.
Así se lo insinuamos ahora a los pecadores,
pero no creen en él, a pesar del ejemplo que han dejado los antiguos.
Aun si les abriéramos una puerta del cielo y pudieran ascender a él,
dirían: «Nuestra vista ha sido enturbiada nada más, o, más bien, somos gente a quienes se ha hechizado».
Sí, hemos puesto constelaciones en el cielo, las hemos engalanado a las miradas,
y las hemos protegido contra todo demonio maldito.
Pero, si uno de ellos escucha a hurtadillas, entonces, le persigue una llama brillante.
Hemos extendido la tierra, colocado en ella firmes montañas y hecho crecer en ella de todo en la debida proporción.
Y hemos puesto en ella subsistencias para vosotros y para quien no depende de vuestro sustento.
No hay nada de que no dispongamos Nosotros tesoros. Pero no lo hacemos bajar sino con arreglo a una medida determinada.
Hemos enviado los vientos, que fecundan, y hacemos bajar del cielo agua, de la que os damos a beber y que no sabéis conservar.
Somos Nosotros, sí, Quienes damos la vida y la muerte, Nosotros los Herederos.
Ciertamente, conocemos a los que de vosotros se adelantan y, ciertamente, conocemos a los que se retrasan.
Tu Señor es Quien les congregará. Él es sabio, omnisciente.
Hemos creado al hombre de barro arcilloso, maleable,
mientras que a los genios los habíamos creado antes de fuego de viento abrasador.
Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: «Voy a crear a un mortal de barro arcilloso, maleable,
y, cuando lo haya formado armoniosamente e infundido en él de Mi Espíritu, caed prosternados ante él».
Todo los ángeles, juntos, se prosternaron,
excepto Iblis, que rehusó unirse a los que se prosternaban.
Dijo: «¡Iblis! ¿Qué tienes, que no te unes a los que se prosternan?»
Dijo: «Yo no voy a prosternarme ante un mortal que Tú has creado de barro arcilloso, maleable».
Dijo: «¡Sal de aquí! ¡Eres un maldito!
¡La maldición te perseguirá hasta el día del Juicio!»
Dijo, «¡Señor, déjame esperar hasta el día de la Resurreción!»
Dijo: «¡Entonces, serás de aquéllos a quienes se ha concedido de prórroga
Dijo: «¡Señor! Por haberme Tú descarriado, he de engalanarles en la tierra y he de descarriarles a todos,
salvo a aquéllos que sean siervos Tuyos escogidos».
Dijo: «Esto es, para Mí, una vía recta.
Tú no tienes poder alguno sobre Mis siervos, salvo sobre los descarriados que te sigan».
La gehena es el lugar de cita de todos ellos.
Tiene siete puertas y cada una tendrá un grupo definido de ellos.
Los temerosos de Alá estarán entre jardines y fuentes.
«¡Entrad en ellos, en paz, seguros!»
Extirparemos el rencor que quede en sus pechos. Serán como hermanos, en lechos, unos enfrente de otros.
Allí no sufrirán pena, ni serán expulsados.
Informa a Mis siervos de que Yo soy el Indulgente, el Misericordioso,
pero que Mi castigo es el castigo doloroso.
Infórmales de lo que pasó con los huéspedes de Abraham,
cuando, entrados en donde él estaba, dijeron: «¡Paz!» Dijo: «¡Nos dais miedo!»
«¡No tengas miedo!», dijeron. «Te anunciamos la buena noticia de un muchacho lleno de ciencia».
Dijo: «¿Me anunciáis buenas noticias, a pesar de mi avanzada edad? Y ¿qué es lo que me anunciáis?»
Dijeron: «Te anunciamos la buena noticia de la Verdad. ¡No te desesperes!»
Dijo: «Y quién podría desesperar de la misericordia de su Señor, sino los extraviados!?»
Dijo: «¿Qué es lo que os trae, ¡enviados!?»
Dijeron: «Se nos ha enviado a un pueblo pecador.
No incluimos a la familia de Lot, a los que salvaremos, a todos.
salvo a su mujer». Determinamos: sería de los que se rezagaran.
Cuando los enviados llegaron a la familia de Lot,
dijo: «Sois gente desconocida».
Dijeron: «¡No, sino que te traemos aquello de que han dudado!
Te traemos la Verdad. ¡Sí, es como decimos!
¡Ponte en camino con tu familia, durante la noche! ¡Ve el último y que ninguno de vosotros se vuelva! ¡Id a donde se os ordena!»
Y decidimos respecto a él este asunto: iban a amanecer todos ellos, hasta el último, despedazados.
La población de la ciudad vino, llena de alegría.
Dijo: «¡Éstos son huéspedes míos! ¡No me deshonréis!
¡Temed a Alá y no me llenéis de vergüenza!»
Dijeron: «¿No te habíamos prohibido que trajeras a nadie?»
Dijo: «¡Aquí tenéis a mis hijas, si es que os lo habéis propuesto...!»
¡Por tu vida!, que erraban en su ofuscación.
Y les sorprendió el Grito a la salida del sol.
La volvimos de arriba abajo e hicimos llover sobre ellos piedras de arcilla.
Ciertamente, hay en ello signos para los que prestan atención.
Está situada, ciertamente, en un camino que aún existe.
Ciertamente, hay en ello un signo para los creyentes.
Los habitantes de la Espesura fueron, sí impíos.
y nos vengamos de ellos. Los dos casos son típicos y claros.
Los habitantes de al-Hichr desmintieron a los enviados.
Les trajimos Nuestros signos y se apartaron de ellos.
Excavaban, tranquilos, casas en las montañas.
Les sorprendió el Grito por la mañana
y sus posesiones no les sirvieron de nada.
No hemos creado sino con un fin los cielos, la tierra y lo que entre ellos hay. ¡Sí, la Hora llega! ¡Perdona, pues, generosamente!
Tu Señor es el Creador de todo, el Omnisciente.
Te hemos dado siete de las mazani y el sublime Corán.
¡No codicies los goces efímeros que hemos concedido a algunos de ellos y no estés triste por ellos! Y ¡sé benévolo con los creyentes!
Di: «¡Soy el monitor que habla claro!»
como hemos infligido un castigo a los conjurados,
que han hecho pedazos el Corán.
¡Por tu Señor, que hemos de pedir cuentas a todos ellos
¡Anuncia lo que se te ordena y apártate de los asociadores!
Nosotros te bastamos contra los que se burlan,
que ponen, junto con Alá, a otro dios. ¡Van a ver...!
Bien sabemos que te angustias por lo que dicen.
Pero tú ¡celebra las alabanzas de tu Señor y sé de los que se prosternan!
¡Y sirve a tu Señor hasta que venga a ti la cierta!