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Surah El Trueno - Aya count 43
'lmr. Ésas son las aleyas de la Escritura. Lo que se te ha revelado, de parte de tu Señor, es la verdad, pero la mayoría de los hombres no creen.
Alá es quien elevó los cielos sin pilares visibles. Luego, se instaló en el Trono y sujetó el sol y la luna, prosiguiendo los dos su curso hacia un término fijo. Él lo dispone todo. Explica detalladamente los signos. Quizás, así, estéis convencidos del encuentro de vuestro Señor.
Él es quien ha extendido la tierra y puesto en ella montañas firmes, ríos y una pareja en cada fruto. Cubre el día con la noche. Ciertamente, hay en ello signos para gente que reflexiona.
En la tierra hay parcelas de terreno colindantes, viñedos, cereales, palmeras de tronco simple o múltiple. Todo lo riega una misma agua, pero hacemos que unos frutos sean mejores que otros. Ciertamente, hay en ello signos para gente que razona.
Si de algo te asombras, asómbrate de su palabra: «Cuando seamos tierra, ¿es verdad que se nos creará de nuevo?» Ésos son los que niegan a su Señor, ésos los que llevarán argollas al cuello, ésos los moradores del Fuego, eternamente.
Te piden que precipites el mal antes que el bien, aun habiendo precedido castigos ejemplares. Tu Señor es el que perdona a los hombres, a pesar de su impiedad. Pero también tu Señor es severo en castigar.
Los infieles dicen: «¿Por qué no se le ha revelado un signo procedente de su Señor?» Tú eres sólo uno que advierte y cada pueblo tiene quien le dirija.
Alá sabe lo que cada hembra lleva y cuándo se contrae el útero, cuándo se dilata. Todo lo tiene medido.
El Conocedor de lo oculto y de lo patente, el Grande, el Sublime.
Da lo mismo que uno de vosotros diga algo en secreto o lo divulgue, se esconda de noche o se muestre de día.
Tiene, por delante y por detrás, pegados a él, que le custodian por orden de Alá. Alá no cambiará la condición de un pueblo mientras éste no cambie lo que en sí tiene. Pero, si Alá quiere mal a un pueblo, no hay manera de evitarlo: fuera de Él, no tienen amigo.
Él es quien os hace ver el relámpago, motivo de temor y de anhelo, Él quien forma los nubarrones.
Por temor a Él, el trueno celebra Sus alabanzas, y los ángeles también. Él envía los rayos y hiere con ellos a quien Él quiere, mientras discuten sobre Alá, pues es fuerte en poderío.
La verdadera invocación es la que se dirige a Él. Los que invocan a otros, en lugar de invocarle a Él, no serán escuchados nada. Les pasará, más bien, como a quien, deseando alcanzar el agua con la boca, se contenta con extender hacia ella las manos y no lo consigue. La invocación de los infieles es inútil.
Ante Alá se prosternan mañana y tarde los que están en los cielos y en la tierra, de grado o por fuerza, así como sus sombras.
Di: «¿Quién es el Señor de los cielos y de la tierra?» Di: «¡Alá!» Di: «¿Y tomaréis, en lugar de tomarle a Él, a amigos que no disponen para sí mismos de lo que puede aprovechar o dañar?» Di: «¿Son iguales el ciego y el vidente? ¿Son iguales las tinieblas y la luz? ¿Han dado a Alá asociados que hayan creado algo como lo que Él ha creado, al punto de llegar a confundir lo creado?» Di: «Alá es el Creador de todo. Él es el Uno, el Invicto».
Ha hecho bajar del cielo agua, que se desliza por los valles, según la capacidad de éstos. El torrente arrastra una espuma flotante, semejante a la escoria que se produce en la fundición para fabricar joyas o utensilios. Así habla Alá en símil de la Verdad y de lo falso: la espuma se pierde; en cambio, queda en la tierra lo útil a los hombres. Así propone Alá los símiles.
Los que escuchen a su Señor tendrán , lo mejor. A los que no Le escuchen, aunque posean todo lo que hay en la tierra y otro tanto y lo ofrezcan como rescate, les irá mal al ajustar las cuentas. Su morada será la gehena. ¡Qué mal lecho...!
Quien sepa que lo que tu Señor te ha ir; revelado es la Verdad, ¿será como el ciego? Sólo se dejan amonestar los dotados de intelecto.
Quienes observan fielmente la alianza con Alá y no violan lo pactado,
quienes mantienen los lazos que Alá ha ordenado mantener y tienen miedo de su Señor y de que les vaya mal al ajustar las cuentas,
quienes tienen paciencia por deseo de agradar a su Señor, hacen la azalá, dan limosna, en secreto o en público, de lo que les hemos proveído y repelen el mal con el bien, ésos tendrán la Morada Postrera,
los jardines del edén, en que entrarán, junto con aquéllos de sus padres, esposas y descendientes que fueron buenos. Los ángeles entrarán en donde ellos estén, por todas partes:
«¡Paz sobre vosotros, por haber tenido paciencia!» ¡Qué agradable será la Morada Postrera!
Pero quienes violan la alianza con Alá después de haberla contraído, cortan los lazos que Alá ha ordenado mantener y corrompen en la tierra, ésos serán malditos y tendrán una Morada detestable.
Alá dispensa el sustento a quien Él quiere: a unos con largueza, a otros con mesura. Se han regocijado en la vida de acá y la vida de acá no es, comparada con la otra, sino breve disfrute...
Los infieles dicen: «¿Por qué no se le ha revelado un signo que procede de su Señor?» Di: «Alá extravía a quien Él quiere y dirige a Él a quien se arrepiente».
Quienes crean, aquéllos cuyos corazones se tranquilicen con el recuerdo de Alá -¿cómo no van a tranquilizarse los corazones con el recuerdo de Alá?-,
quienes crean y obren bien, serán bienaventurados y tendrán un bello lugar de retorno.
Así te hemos enviado a una comunidad que fue precedida de otras, para que les recites lo que te hemos revelado, pero niegan al Compasivo. Di: «¡Es mi Señor! No hay más dios que Él. En Él confío y a Él me vuelvo arrepentido».
Si hubiera un Corán en virtud del cual pudieran ponerse en marcha las montañas, agrietarse la tierra, hablar los muertos... Pero todo está en manos de Alá. Los que creen ¿no saben que si Alá hubiera querido habría puesto a todos los hombres en la buena dirección? No dejará de alcanzar una calamidad a los infieles en premio a sus obras o bien tendrá lugar cerca de sus casas hasta que se cumpla la promesa de Alá. Alá no falta a Su promesa.
Ya han sido objeto de burla otros enviados antes de ti. Concedí una prórroga a los infieles; luego, les sorprendí. Y ¡cuál no fue Mi castigo...!
¡,Acaso Quien vigila lo que cada uno hace...? Con todo, han dado a Alá asociados. Di: «¡Ponedles nombre! ¿O es que vais a informarle de algo en la tierra que Él ignore? ¿O es sólo una manera de hablar?» Al contrario, a los infieles les es engalanada su intriga y son apartados del Camino. Y aquél a quien Alá extravía no podrá encontrar quien le dirija.
Tendrán un castigo en la vida de acá, pero en la otra tendrán un castigo más penoso. No tendrán quien les proteja contra Alá.
Imagen del Jardín prometido a quienes temen a Alá: fluyen arroyos por sus bajos, tiene frutos y sombra perpetuos. Ése será el fin de los que temieron a Alá. El fin de los infieles, empero, será el Fuego.
Aquéllos a quienes dimos la Escritura, se alegran de lo que se te ha revelado. En los grupos, en cambio, hay quienes rechazan una parte. Di: «He recibido sólo la orden de servir a Alá y de no asociarle. Llamo a Él y a Él vuelvo».
Así lo hemos revelado como juicio en lengua árabe. Si tú sigues sus pasiones, después de haber sabido tú lo que has sabido, no tendrás amigo ni protector frente a Alá.
Mandamos a otros enviados antes de ti, y les dimos esposas y descendientes. Ningún enviado, empero, puede traer un signo si no es con permiso de Alá. Cada época tiene su Escritura»
Alá abroga o confirma lo que quiere. Él tiene la Escritura Matriz.
Lo mismo si te mostramos algo de lo que les reservamos, que si te llamamos, a ti te incumbe sólo la transmisión y a Nosotros el ajuste de cuentas.
¿Es que no ven Nuestra intervención cuando reducimos la superficie de la tierra? ¡Alá decide! Nadie puede oponerse a Su decisión y es rápido en ajustar cuentas...
Sus antecesores intrigaron, pero el éxito de toda intriga depende de Alá. Sabe lo que cada uno merece y los infieles verán para quién es la Morada Postrera.
Los infieles dicen: «¡Tú no has sido enviado!» Di: «Alá basta como testigo entre yo y vosotros, y quienes tienen la ciencia de la Escritura».